Nuestro objetivo diario es crear, servir y disfrutar de la buena comida. Elaboramos nuestros platos con los mejores productos, alimentos de temporada frescos y sabrosos, para ofrecer a nuestros clientes la máxima calidad y el mejor sabor.

La olla aranesa, los caracoles “Molí”, el txuletón de buey, los ceps (boletus) con jamón ibérico de bellota y virutas de foie mi-cuit, la parrillada de verduras o los huevos trufados con patata al caliu y jamón ibérico, son solo algunas de nuestras especialidades inspiradas en una cocina que cuida al detalle la elaboración de nuestros platos. 

Abastecemos la cocina de nuestro restaurante casi de igual forma que la cocina de nuestra casa: con ingredientes frescos del día que seleccionamos nosotros mismos cada mañana.

Restaurant el Moli

Nacido en Tarragona, aunque desde muy joven vive en el Valle de Aran, Rubén Barrera es el alma de El Moli.

De una gran familia de restauradores desde que su padre decidió abrir el restaurante All i Oli en Vielha a mediados de los años 80 del siglo pasado, Rubén, comparte con su familia la pasión por la gastronomía. Prueba de ello son el mencionado All i Oli, Eth Bòu, DondeRafa y el ya desaparecido Casa Jimena, además evidentemente de El Moli.

“Nos sentimos orgullosos de poder ofrecer a nuestros clientes una propuesta gastronómica que se inspira directamente en nuestra tierra, un territorio lleno de historia con una naturaleza excepcional que contempla cientos de años repletos de arte y cultura. Nuestro reto es seguir disfrutando de este rico patrimonio que permite combinar el respeto por el medio y la sostenibilidad, con el disfrute del medio natural durante todo el año”.

Prueba de ello es el restaurante El Moli, ya que, desde hace más de 20 años, buscando espacios con solera, Rubén encontró este local, que era el antiguo molino de Vielha donde se molían los cereales. Se realizó una rehabilitación integral y se acondicionó como restaurante, con una gran zona de brasa y un comedor acogedor para que nuestros clientes se sientan cómodos. Además, cuenta con un comedor en la buhardilla, ofreciendo un nuevo espacio que complementa al comedor acristalado con vistas al río Nere y una extensa bodega de vinos, cavas y champanges, tanto nacionales como internacionales.